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Fornelos de Montes, pertenece la comarca de Vigo, en el centro este de la provincia de Pontevedra, formado por siete parroquias y veinticuatro núcleos de población. La gran riqueza natural está protagonizada por la Serra do Suído y por los ríos que de ella descienden nacidos a más de mil metros, los del este entre el Coto Minuto y el Outeiro Vello y los del oeste en la Pena Aranda y en el Coto Cuerno. Se dice que de las fuentes de estos montes, nacen cien riachuelos diferentes que se van a juntar en dos ríos, Parada del Valdohome y Barragán, estos su vez alimentan el río principal, el Oitaven, del que se abastece el embalse de Eiras.

El patrimonio histórico-artístico y etnográfico de Fornelos de Montes es muy interesante, entre los que destacan los yacimientos castreños del Monte de la Cidade en San Vicente de Oitaven, los restos de grabados rupestres del Coto do Galo, situado en el monte Castelo en la parroquia de Calvos, o los restos arqueológicos del Monte Castrove en la parroquia de A Laxe. Mas sin duda la joya arqueológica de Fornelos de Montes es el sarcófago antropoide excavado en la roca, que se encuentra en Vilán. En la misma parroquia, en Chans de Viláns, se conservan los restos del Castillo-Fortaleza de Alemparte asolada por los irmandiños en 1467.

El turismo verde tiene una gran importancia en Fornelos, gracias a variedad de rutas para recorrer que presentan una riqueza paisajística de mágica belleza, poblada de robles centenarios y castaños, pero además en el recorrido podemos encontrarnos con especies tan emblemáticas como abubillas, perdices, águilas culebreras, halcones peregfrinos, nutrias europeas, jabalís, corzos, zorros, lobos, lagartija gallega, cobra viperina, víbora, etc.

 

La mámoa de Borraxeiros, que se sitúa en el límite de las parroquias de Laxe y San Bernabé de la Graña del ayuntamiento del Covelo, es un túmulo megalítico de período Neolítico.

Petróglifos de Xampardiño

Petróglifos de Xampardiño

Latitud: 42.3300382818 Lonxitud: -8.522

En la parroquia de S.Adrián de Calvos, representan diversos grabados rupestres de la Edad de Bronce lo que indica la presencia humana desde tiempos muy pretéritos que indica ya aquí un poblado anterior a la dominación romana. Los petroglifos están bien indicados, es fácil llegar a ellos. Desde la iglesia de San Adrián de Calvos se va hasta las últimas casas y después hay una pista que se interna en el monte, a unos 2 km, y muy arriba hay un momento que se divisa la ría de Vigo…….entonces aparece la roca con los grabados.

 

Este petroglifo, orientado hacia el este, presenta una combinación circular en la parte más alta de la roca. Junto a ella podemos ver cazoletas, líneas y cruces. En la parte superior de la peña, en la roca colindante cara al N, aparecen también diferentes cazoletas desligadas del grabado principal.
Código en el Catálogo de la Xunta: GA36019003 // RÍ.000031623

Monte de A Cidade

Monte de A Cidade

Latitud: 42.32653836848875 Lonxitud: -8.48867654800415

Subiendo a Fornelos desde Pazos , antes del puente que atraviesa la presa de Eiras, en frente del segundo cruce a Calvos, hay una indicación que señala un camino estrecho que nos lleva directamente (300 m).
El espacio del Monte de A Cidade presenta numerosos elementos patrimoniales datados en distintas épocas. Como resto arqueológico más importante exite un castro de la Edad de Hierro, este castro presenta alteraciones provocadas por su uso como zona de población estable en distiontos periodos históricos. Se encuentran restos de un parapeto ( etapa castreña), asi como una cosntrucción de arena y piedra que se podía tratar de una estructura para el control visual ( época medieval) y en la época moderna se construye un poblado campo-ganadero que ocupa buena parte del foso, compuesto por pequeñas edificaciones de una piedra.
El acueducto, datado en 1787, canalizaba las aguas y riego para las tierras de cultivo dispuestas en terrazas sobre el río. La muralla de la entrada, desempeñó la función de acueducto, lo cual se puede observar ascendiendo por el lateral para ver la canalización existente para dirigir el agua.
En la parte alta derecha de la puerta de entrada, aún se pueden distinguir restos de edificaciones circulares Celtas.

En la parroquia de Fornelos en el lugar de Chans de Vilán.
En el 1467, este lugar se convirtió en el centro de la revuelta social de los campesinos gallegos contra los abusos feudales. Los irmandiños atacaron la torre medieval de Alemparte. No vencieron, pero avisaron. Era una fortaleza difícil.

Quince años más tarde fue cercado, por orden del obispo de Tui, por las tropas del corregidor de Baiona que no lograron apoderarse de las ruinas por lo que tuvieron que reccorrer a Pedro Madruga quien, finalmente, consiguió conquistarlo. En el año 1893, los pocos restos que quedaban fueron destruidos definitivamente.

Don Pedro Alvarez de Sotomayor era hijo natural de Fernán Yáñez de Sotomayor, según declaración hecha por éste en su testamento, diciendo: “Pedro de Sotomayor mi fillo bastardo que lo obe de una mujer que sabe bien su nombre y quien ella es Alfonso García Darban mi escudero y Rodrigo Deza mi sobrino.”
Por voluntad de su padre empezó sus estudios de la carrera eclesiástica, y antes de terminarla le concedió  Enrique IV la mitra de Santiago, no llegnado a tomar posesión de ella por fallecimiento de su hermano don Alvaro, que lo tenía prohijado dejándole todo lo que tenía con consentimiento del Rei (Real cédula de 6 de Agosto de 1468), por lo cual fue dueño de la Casa de Sotomayor y de todos sus estados.

Durante el reinado de Enrique IV (1455-1474), don Pedro, beneficiándose del favor y de la debilidad de la corona, se consolida e incrementa sus dominios. Estos consistían, inicialmente, en el castillo de Soutomaior, que Vasco da Ponte (cronista gallego de comienzos del s. XVI), evalúa como casa de setenta u ochenta lanzas. Ejercía el control directo sobre otra serie de casas fuertes y torres que salpicaban el suroeste de Galicia desde el río Ulla hast el Miño; entre ellas: Trinidad, Alba, Cotobade y Fornelos. Contaba, igualmente, con la posesión en feudo de un total de veinte feligresías en Tierra de Salnés, que el arzobispo de Santiago, don Rodrigo Luna, concediera a Alvar Páez de Sotomayor.

Hacia 1467 obtuvo don Pedro, de Enrique IV, un interés de 150.000 maravedís sobre las rentas reales de Pontevedra, Vigo y Redondela; concesión que le sirvió de pretexto para señorear estas tres ciudades durante los años 70 del s. XV, y que le acarreó, al mismo tiempo, el enfrentamiento permanente con el arzobispo de Santiago, don Alonso de Fonseca, a cuya jurisdicción pertenecían dichas ciudades.
Pedro Madruga continuó, como sus predecesores Soutomaior, ejerciendo la encomienda sobre la iglesia de Tui, de forma que más parecían los Soutomaior los señores de la Igrexa, que sus propios obispos, con los que el conflicto fue tamén permanente. Finalmente, don Pedro Madruga llegó a titularse Vizconde de Tui y Mariscal de Baiona.

Durante la Guerra Irmandiña (1467-1469) don Pedro se refugió en Portugal, donde ganó la amistad del monarca vecino, y contrajo matrimonio ventajoso con doña Teresa de Táboa, de la que tuvo siete hijos: Álvaro, Fernando, Cristóbal, Diego, Alfonso, Mayor y Constanza; así comenzaba lo que iba a ser una constante en su trayectoria, la vinculación política y familiar con Portugal. La reacción feudal contra los Irmandiños le proporcionó la oportunidad de introducirse en el escenario nobiliar gallego y ganar en el un puesto eminente; cruza la frontera portuguesa y recupera sus dominios sin dificultad, derrotando a las huestes irmandiñas cerca de Pontevedra; se pone en contacto con el  arzobispo Fonseca y con don Juan Pimentel, hermano del conde de Benavente, a los que ayuda a recuperar sus anteriores posesiones; por último, organiza a la nobleza gallega desbaratada y la conduce hasta el desmantelamiento de las posiciones irmandiñas.

Era la alianza coyuntural de la nobleza contra el enemigo común, que pronto se vería rota por las exigencias particulares de cada uno. Por su parte, el de Soutomaior contaba con los servicios y ayuda de una serie de caballeros de acostamento a los que sostenía en sus tierras y dominios (los Montenegro o los Valladares, entre otros), así como de sus familiares los Soutomaior de Lantaño, o su fiel amigo don Lope Sánchez de Moscoso, conde Altamira.
El momento cumbre de la ascensión de Pedro Madruga se produce en 1475, cuando obtiene del rei portugués Alfonso V el título y los derechos de conde de Camiña; por entonces constituyera un dominio casi exclusivo sobre la zona suroeste de Galicia, donde el pueblo lo invocaba como ; titulación acorde, por lo demás, con sus pretensiones hegemónicas, expresadas rotundamente en sus propias palabras: <<en Galicia basta mi casa>>.

Pedro Madruga en la Guerra de Sucesión (1474 – 1479).

En 1474, muerto Enrique IV, estalla el conflicto sucesorio entre su hermana Isabel y su hija Juana; mientras la nobleza gallega adopta una actitud espectante, sus dos líderes más cualificados se posicion rápidamente. Pedro Madruga al lado de Juana y del bando portugués; y eso, por afinidad geográfica y cultural, por vinculación familiar, y con miras a la salvaguarda de sus intereses personales, a caballo entre el sur de Galicia y el norte Portugal. Fonseca al lado de Isabel y de la futura monarquía de los Reyes Católicos, buscando la rehabilitación y elascenso político.
La intervención de don Pedro en el conflicto sucesorio nos proporciona los acontecimientos más apasionantes de su biografía.
Influye decisivamente en el falido matrimonio entre Juana y el monarca portugués Alfonso V, programa y facilita la invasión portuguesa de Castilla; y él mesmo abre un frente gallego en la guerra, proclamando a Alfonso y Juana reyes de Portugal, Castilla León y Galicia en Vigo, Caldas de Reis, Pontevedra, Padrón, Baiona y Tui. A esta presencia portuguesa en Galicia se opuso enérgicamente el obispo de Tui, don Diego de Muros, que tuvo que sufrir, por ello, un prolongado cautiverio en tierras portuguesas.

En otoño de 1476 el arzobispado Fonseca, el conde de Monterrey, junto con los nobles gallegos que, de mejor a peor gana, se incorporarán el bando isabelino, mandados por fray Arias del Rio, corregidor mayor de Galicia, se dirigen a Pontevedra, dispuestos a reducir al de Camiña; los secunda por mar una escuadra mandada por Ladrón de Guevara. Madruga resiste dos prolongados cercos a la ciudade, que terminan en fracaso por los asaltantes, quienes se deciden por una tregua en la primavera de 1477.

Acontecimiento singular, dentro de las escaramuzas que provocó el conflicto sucesorio en Galicia, fue la prisión que sufrió Pedro Madruga a manos de don Rodrigo Alonso Pimentel, entre 1477 y 1478. Esta circunstancia fue aprovechada por el prelado compostelano y los demás adversarios de Camiña para dirigirse a Pontevedra y rendirla; desde allí se apoderaron de Redondela, Pontesampaio y Vigo; ocuparon varias fortalezas do de Soutomaior y realizan nuevas fortificaciones en la zona.
Los partidarios de Soutomaior solo consiguen sostenerse en su propio castillo, en Salvaterra y Fornelos. Era la hora de la revancha de Fonseca.

Tras conseguir su libertad, Pedro Madruga regresa a Galicia en la primavera de 1478; en menos de un año consigue recuperar los dominios perdidos, se apodera de García Sarmiento, señor de Sobroso y de su tio Fernán de Camba, dando muerte a Gregorio de Valladares y a Tristán de Montenegro (antiguos vasallos suyos, ahora en el bando isabelino); los fonsecanos sólo consiguen mantenerse con dificultades en Pontevedra y Baiona. Según nos narra el cronista del s. XVII Felipe de la Gándara, un elemento clave en los éxitos militares de Madruga fue la utilización, por sus huestes, de arcabuces y otras armas de fuego.

En 1479 se firmaban las paces entre Castilla y Portugal, al tiempo que los Reyes Católicos se consolidaban como monarcas de Castilla y Aragón. A pesar de que en los tratados se contemplaba un perdón general para los nobles que estuvieran al lado del monarca portugués, y de forma especial para Pedro Madruga, la situación política y militar de la Península, que él supiera utilizar tan hábilmente en beneficio propio, se tornaba ahora adversa.

 

El ocaso de Pedro Madruga (1480 – 1486).

El arzobispo de Fonseca, paladín de la corona en Galicia, rompía toda relación con Pedro Madruga, reclamándole la devolución de las feligresías que tenía en feudo. Los Reyes esigían la entrega de Vigo y Redondela a la Iglesia de Santiago. Don Diego de Muros, obispo de Tui, se quejaba ante la Curia Romana de los abusos que Pedro cometía contra su Iglesia.

Por otra parte, en 1480, estaban ya en Galicia, Antón de Paz, con sus cuadrilleros de la Irmandad, y el Gobernador Acuña, dispuestos a acabar con el de Camiña. El cerco se cerraba sobre el señor de Soutomaior. Dándose éste cuenta de lo comprometido de su situación, intenta actuación de desagravio hacia sus adversarios y hacia la Corona, y así, en 1482, restituye a don Diego de Muros todos los bienes que tenía usurpados a la Iglesia de Tui.

Pero los Reyes Católicos ya prepararan el final de Pedro Madruga. Protegieran en la Corte a su hijo mayor, Álvaro de Sotomayor, e ahora le exigen que se haga cargo del señorío, desposellendo a su padrei. Don Álvaro, fiel a los deseos de la Coroa, se presenta, en 1483, en las tierras de su padre y valiéndose del engaño, se apodera del castillo de Soutomaior; Pedro Madruga, que se encontraba en Portugal, al conocer esta traición, deshereda a su hijo mayor y le arroja su maldición. Pero, en un momento en el que los hechos mandaban, todo esto eran palabras que sonaban a canto de cisne. Don Álvaro de Soutomaior heredaría el señorío con el apoyo y la  confianza de la Corona, e iba a convertirse en un nuevo tipo de noble, sumiso a la voluntad de los monarcas.

La muerte de Pedro Madruga, en 1486, queda envuelta en la duda y el misterio.

Viaja a Alba de Tormes buscando la reconciliación y la gracia reales; sin conseguir sus propósitos encuentra allí la muerte. Vasco da Ponte nos narra expresivamente:

<<…unos dixeron que el conde muriera allí de dos carbúnculos, otros dixeron que el alcalde de Proiaño entrara en el monasterio con sus porquerones y que le hechara un garrote en el pescuezo; unos dicen que fue de una manera y otros dicen que fue de otra, quizá fue de entrambas maneras>>.

Bibl.: En dos crónicas del s. XVI y XVII, respectivamente, aparecen abundantes noticias sobre nuestro personaje: Vasco de Aponte, Relación de algunas casas y linajes del Reino de Galicia, Madrid, 1662. Las aportaciones bibliográficas más importantes son: José García Oro, La nobleza gallega en la Baja Edad Media, Santiago, 1981; Gaspar Massó, Pedro Madruga de Sotomayor, caudillo feudal, Santiago 1975.

En la Edad Media el territorio de Fornelos en su inmensa mayoría estuvo ligado a la Casa de Soutomaior. En el siglo XVIII la Casa de Soutomaior disponía del Señorío Jurisdiccional de un extenso territorio en el que se incluían, por lo que a Fornelos se refiere, las feligresías de San Adrián de Calvos, San Lorenzo de Fornelos , y parte de la de Sta. María de Traspielas. pero como en aquel momento la feligresía de Berducido era mucho más grande que hoy en día, habría que incluir también las feligresías de Estacas y Laxe, pues en el Catastro de Ensenada se  indica que el colindante oriental de Berducido hasta Abelenda (Ourense), y el meridional, Barciademera.

Freaza, aunque situada en Traspielas pertenecía a la jurisdicción de Sobroso.

Fornelos de Montes pagaba los derechos de señorío -que en esta parroquia recibían en el nombre de «caballerato»-, por un importe de 240 reales. Berducido pagaba, sin nombre especial, 1.200 reales, haciéndolo las antiguas familias que repoblaron su territorio. La luctuosa era pagada en todas las feligresías, excepto la de Calvos.

Con la abolición de los señoríos y el advenimento de la reforma política que sale de las Cortes de Cádiz de 1812 se constituye una unidad administrativa que englobaba a los ayuntamientos de Soutomaior y Fornelos. Pero en 1869-70 se produce la segregación y formación de dos ayuntamientos distintos.

Hay que hacer contar, no ubstante, que en los períodos 1812-14 y 1820-23, había Ayuntamiento de Fornelos separado del de Soutomaior. La unidad se consagra en la reforma efectuada por el R.D de 39/11/1833, deber a Javier de Burgos, que supone también el establecimiento definitivo del sistema provincial. Según este Decreto la Jurisdicción de Soutomaior abarcaba las parroquias de Anceu, Calvos, Barbudo, Estacas, Fornelos , Forzáns, Insua, Laxe, Pazos, Traspielas, Soutomaior, Xesta y Berducido.

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